Joe Biden acelera, y según el Washigton Post se sitúa ya a 12 puntos de Donald Trump; por dar contexto a esta ventaja, el error estadístico de las encuestas para las ultimas ocho elecciones presidenciales ha sido de 7 puntos aproximadamente.
Esto es importante porque como explicamos la semana pasada, la creciente popularidad de la candidatura demócrata hace más probable una sacudida de la “ola azul” que de concretarse tendrá repercusiones positivas y negativas para los inversores.
Como vaticina el análisis de Allianz Global Investors, si Biden cuenta con el apoyo suficiente dará marcha atrás a los recortes de impuestos que Trump introdujo como parte de su Tax Cuts and Jobs Act (TCJA) en diciembre de 2017, estableciendo un mínimo para corporaciones del 15% y elevando la carga fiscal desde el 21% hasta el 28%. Adicionalmente, con el demócrata en la Casa Blanca, las familias con ingresos superiores a $400,000 también pagaran más. El impacto de estas medidas sobre el PIB norteamericano sería de aproximadamente el 1,6%. Como contrapeso, el ex senador de Delaware quiere dotar su programa “Made in America” de $700.000 millones de dólares y ampliar en hasta un 3% del PIB el gasto publico en infraestructura, educación y sanidad.
El saldo resultante de estas iniciativas es neto positivo para el crecimiento económico; para los inversores mas tácticos es -a priori- más neutral porque siempre es más fácil (y rápido) subir impuestos que identificar proyectos con justificación política y dotarlos de la financiación adecuada. No obstante no podemos descartar que el nuevo presidente aproveche la inercia de la “ola” para dar una alegría a los mercados, presentando una vez sea envestido el paquete de estímulos de 2,5-3 billones de dólares (trillions en nomenclatura americana) que los senadores republicanos se ha empeñado en bloquear. Para aquellos que manejamos horizontes de inversión de largo plazo, Capital Group nos recuerda no dejarnos llevar por el ruido asociado a eventos geopolíticos (como las elecciones presidenciales US); ya se sabe, “a rio revuelto…”
Una política fiscal más expansiva impulsará al alza las expectativas de inflación y comprimirá aun más las tasas reales en dólares. Con el “doble déficit” (cuenta corriente y presupuesto) aumentando y la economía global beneficiándose de nuevos tratamientos y vacunas, el billete verde perderá fuelle respecto a divisas de países con economías mas ligadas al ciclo. Teniendo en cuenta una valoración en relativo mucho más interesante en Europa (y la correlación negativa con la cotización del dólar americano), podemos estar ante una oportunidad realmente interesante para reposicionar nuestro portafolio. No olvidemos además que los sectores (materiales e industriales, beneficiarios de más gasto publico en infraestructuras) más atractivos en un contexto como el que dibujamos tienen más presencia en los índices bursátiles fuera de EE.UU. (y en los de value, y no en los de growth).
Amundi AM vislumbra un escenario muy similar si Biden se alza con el triunfo y nos explica que la transición en temáticas de inversión puede haber empezado ya.